El 23 de mayo de 1925 nacía Ariovaldo Botter — ingeniero, emprendedor y hombre de principios que, con determinación y visión, fundó Telar Engenharia.

A lo largo de su trayectoria, el Dr. Ariovaldo construyó más que obras: dejó un legado humano y profesional que aún resuena en cada decisión, en cada proceso y en cada relación de la empresa que él mismo idealizó. Sus enseñanzas trascendieron generaciones y moldearon una cultura basada en la ética, la responsabilidad y la excelencia.

En este centenario de su nacimiento, reconocemos la importancia de su presencia en el origen de Telar y en la formación de los valores que sustentan nuestra actuación. Celebrar a nuestro fundador es reafirmar el compromiso con todo en lo que él creía — y que seguimos llevando adelante.

Telar siente un gran orgullo de contar con un equipo magnífico de colaboradores; este fue otro importante legado que dejó mi padre.

El Dr. Ariovaldo inició su formación en la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiróz, en Piracicaba (SP), donde cursó lo que hoy equivale a la educación media, entonces llamado Preuniversitario. En 1949, se graduó como ingeniero civil en la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (USP), una de las instituciones de enseñanza más prestigiosas del país.

Su primera experiencia profesional fue como Ingeniero Jefe del Taller de Autobuses y Tranvías de la Compañía Municipal de Transportes Colectivos (CMTC), en la ciudad de São Paulo. Allí, el Dr. Ariovaldo inició una carrera marcada por la competencia técnica y su capacidad de liderazgo.

Antes de fundar Telar, fue contratado como ingeniero de campo en Soares de Mattos Engenharia e Comércio S/A, donde ascendió hasta ocupar el cargo de director. Estuvo a cargo de importantes obras, como la ejecución de las obras de arte especiales en la construcción de la Vía Dutra, en el tramo de Bonsucesso a Jacareí, además de participar en la Vía Anchieta. Fue durante la construcción de la Vía Dutra que conoció a Telma Jannuzzi, natural de Jacareí, con quien se casó.

Foto izquierda: Telma y Ariovaldo | Foto superior derecha: Vía Dutra | Foto inferior derecha: Vía Anchieta

Veinte años después de su graduación, en 1969, el Dr. Ariovaldo tomó una decisión audaz: fundar su propia empresa de ingeniería. La iniciativa fue compartida con su esposa Telma, en un momento marcado por el coraje, el espíritu pionero y una visión clara de futuro. Así nació Telar, con él como único ingeniero del equipo y pocos colaboradores, dando inicio a una trayectoria que uniría competencia técnica, innovación y seriedad.

Desde sus inicios, el Dr. Ariovaldo mantuvo un compromiso inquebrantable con la calidad técnica y la búsqueda de las mejores soluciones de ingeniería. Telar pronto se destacó por el desarrollo del método “Tunnel Liner”, un sistema pionero para obras subterráneas mediante métodos no destructivos. El Dr. Ariovaldo transformó un simple material de construcción (Liner Plate) en un proceso ejecutivo al incorporar dispositivos, procedimientos y equipos que él mismo diseñó. Esta innovación posicionó a la empresa en la vanguardia de la ingeniería nacional.

El Dr. Ariovaldo siempre creyó en la consistencia y la seriedad como fundamentos para relaciones duraderas. Con ese espíritu, Telar creció en el mercado de obras públicas y conquistó importantes clientes del sector privado. También se destacó en la actuación con concesiones y asociaciones público-privadas, especialmente en el sector de saneamiento, liderando la creación de la primera asociación de concesionarias privadas, ABCON. Esta visión pionera contribuyó directamente a la expansión y cualificación de la infraestructura urbana en Brasil.

La relación del Dr. Ariovaldo con sus colaboradores siempre estuvo guiada por el respeto y el cuidado. Más que verbalizar su visión de liderazgo, la ejercía en el día a dia, con una mirada atenta a las personas y a la importancia de las relaciones humanas en el entorno laboral. Esa postura dio forma a la cultura organizacional de Telar, que hasta hoy valora el vínculo entre la empresa, el equipo, la sociedad y el medio ambiente.

Al celebrar los 100 años del nacimiento del Dr. Ariovaldo, rendimos homenaje no solo al fundador de Telar, sino al hombre cuya conducta inspiró a generaciones y cuya memoria permanece viva en la cultura de la empresa. Su trayectoria es un ejemplo de cómo la ética, la determinación y la visión de futuro pueden trascender el tiempo y seguir construyendo significado.

Aprendí mucho con mi abuelo, no solo con las enseñanzas que transmitía con palabras, sino con sus actitudes: actitudes de gran responsabilidad, de mucha seriedad. Eso es exactamente lo que todos nosotros, aquí en Telar, intentamos practicar día a día.